lunes, 21 de septiembre de 2020

¡Bendito el que viene en el nombre de Dios! - Estudio de MATEO X - (Mt 21a 23)

(Nota: Los párrafos en negrita son un resumen de los versículos bíblicos estudiados (identificados al pie de cada párrafo); los textos en cursiva son los comentarios hechos por mí respecto de esos textos. Para ir al link de respaldo bíblico o de apoyo, hacer click en los enlaces.)

[Empezar en Mateo Primera Parte]



JESÚS ENTRA EN JERUSALÉN


Acercándose a Jerusalén, vinieron al monte de los Olivos, y Jesús envió dos de sus discípulos a una aldea cercana, diciéndoles que allí hallarían una asna atada junto a su pollino (asno joven); que la desataran, y trajeran los dos animales a Él. Si alguien les preguntaba algo, ellos deberían contestar que el Maestro los había solicitado, y que se los devolvería luego. Todo esto lo hizo para que se cumpliera la profecía que dice: "Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna, sobre un pollino, hijo de animal de carga". Cuando los discípulos volvieron con los animales, pusieron mantos sobre ellos, y Jesús se sentó encima. Por el camino había una gran multitud que, a su paso, tendía sus mantos, cortaba ramas de los árboles, y las ponía en el camino, mientras clamaba: "¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!". Al entrar en Jerusalén, todos se conmovieron, preguntándose ¿Quién es éste?, y la gente decía: "Éste es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea". (21:1-11)

* En esta escena hay gran riqueza de símbolos. Jesús no sólo entró al templo montado en la asna para que se cumpliese la profecía de Zacarías; lo cierto es que la profecía misma tiene simbolismos en sí. Para comprenderlo, debemos remontarnos a la bendición profética que Jacob, en su lecho de muerte, dio a su hijo Judá, de quien proviene Jesús, según la carne. Dijo Jacob al ancestro del Mesías: "No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos. Atando a la vid su pollino, y a la cepa el hijo de su asna...". La profecía hablaba de Siloh, que se puede traducir como “tranquilo", y es una referencia a Cristo, en quien hallamos reposo para nuestras almas. 

La asna es un animal de carga, que  simboliza al pueblo de Israel, a quien se le dio la ley de Dios, (un conjunto de mandamientos buenos y justos destinados a enseñarles a andar en los caminos del Señor), la cual debían cumplir íntegramente para estar en buena relación con YHWH (Jehová), sin embargo, la misma ley demostró que nadie podía cumplirla a cabalidad, porque al transgredir uno solo de sus mandamientos, la transgredía completamente. Como consecuencia, los hijos de Israel acumularon sobre sus espaldas una gran carga de culpa por el pecado, pues la ley se había encargado de mostrarles cuánto pecado había en sus corazones, y cuán imposible era para ellos alcanzar salvación por medio de ella.

En cuanto al hijo de asna, la profecía de Jacob dice que Siloh ata a "a la vid su pollino, y a la cepa el hijo de su asna". La vid es la Verdad de Dios. Jesús se definió a sí mismo como la Vid Verdadera. Dijo que todos los creyentes somos ramas de la Vid, y que separados de Él nada podemos hacer. El Hijo de Dios es la encarnación de la Verdad divina, a la cual tenemos que estar adheridos para poder permanecer en perfecta comunión con el Creador. Entonces, si el pueblo del pacto mosaico es el animal de carga, el pollino es el pueblo del pacto eternojudíos y gentiles participantes de la cepa de la vid verdadera por la fe, para que se cumpla la profecía hecha a Abraham: "En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra...". 

La buena noticia para los judíos es que, luego de la venida de Jesús el Mesías, pueden librarse de esa carga de pecado, al traspasarla a Él por fe, de igual manera como lo dispuso la ley que se hiciera en la ceremonia del día de la expiación, cuando traspasan los pecados del pueblo al macho cabrío, para que los lleve a lugar inhabitado, quedando así libres de ese peso mortal. En otras palabras, la justificación para con Dios es sólo por la fe en Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, y no por cumplir la ley, ya que esto último es imposible. Recordemos que Jesús dijo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mt 11:2-30). (21:1-11)

** Cuando el Mesías ata el pollino a la cepa de la vid nace la iglesia. La palabra "iglesia" viene del griego "Ekklesia", que es la forma usada en la Septuaginta para traducir la palabra hebrea "qâhâl" (קהל), que significa congregación o asamblea. A ella se refiere la profecía que dice que la que no podía tener hijos comienza a dar a luz, porque todo el que se une a Cristo es una nueva criatura, espiritualmente hablando. La iglesia ela Jerusalén celestial, la novia del Cordero, madre de los hijos de la fe, un pueblo santo adquirido por Dios con la sangre de su Hijo; escogidos para anunciar la Verdad a todas las naciones. Ella da a luz a los hijos del Espíritu que renacen por la fe en Jesús, quien provenía del pueblo judíosegún la carne. En la iglesia no hay diferencia entre judíos y gentiles, porque en Cristo todos somos  hijos de Dios

*** Profecías en cumplimiento:
  • Gn 49:11 "Atando a la vid su pollino, y a la cepa el hijo de su asna, lavó en el vino su vestido, y en la sangre de uvas su manto".
  • Zac 9:9 "Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna".
  • Is 54:1- 3 "Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho JehováEnsancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas".


PURIFICACIÓN DEL TEMPLO


Entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los comerciantes, volcando sus mesas y sillas, diciendo: "Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones". Entonces se acercaron a Jesús ciegos y cojos, y Él los sanó. Cuando los principales sacerdotes y escribas vieron los milagros que Jesús hacía, en medio de los gritos de los jóvenes que aclamaban: "¡Hosanna al Hijo de David!", se enfurecieron y le dijeron: "¿Oyes lo que éstos dicen?", a lo que Jesús contestó: "Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?". Habiendo dicho esto, se fue del lugar hacia Betania, y se quedó allí. (21:12-17)

Al entrar Jesús en el templo, en medio de las alabanzas del pueblo, para luego limpiar toda la inmundicia que habían introducido los hombres al santuario, y sanar a cojos y ciegos, nos estaba mostrando lo que estaba por ocurrir en el mundo espiritual, luego de su crucifixión:

Porque cuando el Hijo del Hombre, siendo un ser humano en un cuerpo mortal, se mantuvo firme en su obediencia al Padre que está en los cielos, en medio de la horrible tortura que padeció en manos de sus escarnecedores, y fue sacrificado como un Cordero sin mancha ofrendado para purificar de sus pecados, con su sangre incontaminada, a los llamados al Reino por y para fe, entró al lugar Santísimo que es el cielo, rompiendo el velo que separaba a los hombres del Santo Creador, abriendo un camino nuevo que no era accesible a la humanidad. Él es el primer ser humano en ascender hasta el trono de la Majestad, por su integridad como hombre, pero principalmente por su fidelidad al Soberano Dios. Por cuanto no puso su vida por sobre los intereses del Reino de los cielos, el Soberano Dios lo exaltó hasta lo sumo, y lo puso por cabeza de su Casa en la tierra. Jesús es el Señor de señores y Rey de reyes de la tierra. En Él los ojos de la humanidad caída son abiertos e iluminado su entendimiento, y por su Espíritu Santo derramado en los que creen, el hombre aprende a andar por sendas de santidad, porque por medio de Él, Dios va quitando toda la inmundicia acumulada en nuestro corazón, para que empecemos a vivir conforme a su perfecta Voluntad, como debió ser desde el principio, porque es lo que nos conviene. Es por medio de la fe en Jesucristo que los creyentes recibimos el derecho de adopción en la familia de Dios, y de entrar al cielo. Un hijo de Dios se reconoce por sus obras. Si alguien dice ser hijo de Dios, pero sus obras no muestran evidencia de haber sido transformado, probablemente su cristianismo es sólo cosmético, debido a que no ha habido una verdadera conversión, producto de su falta de arrepentimiento y escasa o nula disposición a obedecer al Señor.

** El templo era el lugar de adoración a Jehová, sin embargo, los líderes judíos lo habían corrompido, convirtiéndolo en una suerte de mercado, donde era posible hacer todo tipo de negocios, lo que a ellos les significaba aumentar los ingresos para mantener sus posiciones de riqueza y comodidad. Pero lo que pasaba en el templo era sólo una parte de toda la corrupción, porque lo cierto es que ese pecado se extendía a casi toda la élite judía, y se alojaba en gran parte de los corazones del pueblo del pacto mosaico. Jesús les enrostró su decadencia ética y moral, citándoles los dichos del profeta Jeremías, quien pronunció juicio contra Judá cuando se rebelaron contra Él, convirtiendo el templo en una cueva de ladrones; y del profeta Isaías, por medio de quien anunció la salvación a todos los que se vuelven a Jehová y hacen justicia, los cuales subirán a su monte santo, donde habrá casa de oración para todas las naciones, y serán acogidos y protegidos bajo sus murallas, refiriéndose a nuestro Redentor Jesucristo. Por supuesto que ellos no lo entendieron así, y lo vieron como una afrenta a su autoridad.

*** La expresión "Hosana" quiere decir "salve" o "sálvanos". El escándalo de los líderes fue, porque, al aclamar a Jesús, los jóvenes estaban citando las Escrituras referidas al Mesías, que dicen: "Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él. Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora. Bendito el que viene en el nombre de Jehová..." (Sal 118:24-26 RVR), con lo cual estaban reconociendo que Jesús era el enviado de Jehová. Además, lo llamaban "Hijo de David", que es la expresión con la cual confirmaban que creían que Él era el descendiente de David, ungido por YHWH, que reinará eternamente. La Palabra dice que eran muchachitos los que aclamaban voz en cuello que Jesús era el Ungido, por lo cual los líderes se enfurecieron, pues pensaron que era palabra demasiado sagrada la que proferían hacia un hombre que ellos despreciaban, sin embargo, Jesús les hace ver que está escrito que Dios escogería precisamente lo necio del mundo, a los menos entendidos, para revelarles la Verdad, y así avergonzar a los que se creían sabios

**** Profecías en cumplimiento:
  • Sal 8:2 "De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo".
  • Jer 7:11 "¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová".
  • Is 56:4-7 "A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca pereceráY a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos".


LAS FALSAS DOCTRINAS NO PUEDEN DAR FRUTO


A la mañana siguiente, volviendo a la ciudad, Jesús tuvo hambre, y se acercó a una higuera, pero no halló fruto en ella, sólo hojas, y le dijo: "Nunca jamás nazca de ti fruto", luego de lo cual, la higuera se secó. Los discípulos estaban impresionados, y se preguntaban cómo había sido eso posible. Jesús respondiendo, les dijo: "De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis". (21:18-22)

* De conformidad a lo que leemos en las Escrituras, entendemos que la higuera representa aquello en lo que creemos, la verdad bajo cuya sombra nos amparamos, y según la cual vivimos. Lamentablemente, debido a la intervención del hombre, aquello en lo que creemos muchas veces se aleja de la Verdad de Dios. En el tiempo de Jesús, los israelitas se amparaban en el judaísmo que, aunque tenía sus raíces en la ley de Dios, había degenerado en dos sectas dominantes: fariseos y saduceos, cada uno con sus propias interpretaciones de la Torá, a la cual habían añadido doctrinas de hombres, que no hicieron más que poner un velo denso sobre la Verdad divina. La higuera bajo la cual Israel se estaba cobijando, el judaísmo, ya no daba frutos, simbolizado por esta higuera estéril que Jesús maldijo.

En el libro de Jeremías, YHWH habla de la abominación de Judá y sus líderes, que habían alterado la Palabra del Señor, y se movían según sus propias doctrinas, diciendo: "Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros". A lo que Jehová contestó: "Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas". Como no se habían arrepentido de lo que hicieron,  el Señor dijo: "Los cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos", anunciando que los que se creían sabios según su necia sabiduría serían cortados de la Higuera. 

En la Biblia encontramos que la higuera y la vid se usan para significar lo mismo. Cuando Jesús dijo que Él es la Vid verdadera estaba diciendo que en Él está la Verdad de Dios, de la cual vino a dar testimonioPablo dijo que en Jesús están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, esto es, porque Él encarna la Palabra de Dios, a la cual debemos permanecer adheridos a fin de que podamos llevar mucho fruto.

** Nuevamente, yendo a las Escrituras, vemos que, en ocasiones, los montes simbolizan a los que tienen autoridad, que gobiernan o ejercen poder sobre otros. Los hijos de Dios debemos orar por nuestros líderes espirituales, autoridades civiles o jefes, sin embargo, nunca debemos olvidar que nuestro Señor es Jesucristo, y que está por sobre cualquier autoridad terrenal. Si los hijos de Dios vemos que en nuestra congregación no se enseña la sana doctrina, o si se enseña una verdad tergiversada que conduce a error doctrinal, o si se promueven actos que van contra la Verdad inmutable de la Palabra de Dios, debemos orar para que el Señor nos dé sabiduría en cuanto a cómo enfrentar dicha situación, teniendo siempre presente que el mejor argumento para contradecir una mentira doctrinal es la misma Palabra de Dios. Pero debemos recordar que nuestra lucha no es contra las personas, sino contra las potestades espirituales que actúan a través de esas personas con el propósito de poner un velo sobre la Verdad. Esos engañosos montes llenos de mentiras pueden ser removidos con mucha fe y oración.

*** Los montes también pueden ser esas situaciones que nos afligen, que nos vuelven frágiles, y nos quitan la paz. Lamentablemente, nosotros mismos somos responsables de muchas de esas aflicciones y enfermedades, porque se originan en los pensamientos errados que hemos engendrado en nuestros corazones, los cuales se han convertido en grandes montes que sólo podemos derribar por medio de la oración. Quiero dejar muy en claro que no estoy hablando de ley de la atracción, ni cosa parecida, sino de  haber albergado en nuestra mente una idea engañosa sobre cosas o personas, a las que hemos atribuido el poder de debilitarnos, o provocarnos inquietud, las cuales hemos convertido en un enemigo que, aunque muchas veces inexistente, puede hacernos mucho daño. "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jer 17:9). A estos pensamientos errados les debemos las obsesiones, las depresiones, los odios, la ansiedad, las crisis de pánico, los complejos, y tanta enfermedad mental cuyas manifestaciones aumentan día tras día, las cuales, muchas veces, derivan en enfermedades físicas al somatizar sus efectos. 



LOS QUE ENTRAN AL REINO


Cuando Jesús volvió al templo, los principales sacerdotes y ancianos se acercaron, y le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?". Jesús, en vez de darles una respuesta, propuso hacerles una pregunta, y si la respondían, Él les diría quién le había dado la autoridad para hacer todo lo que hacía. Entonces preguntó: "El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres?". Los líderes comenzaron a discutir entre sí, diciendo que, si respondían que era del cielo, Jesús les preguntaría por qué no le creyeron; y si decían que era de los hombres, el pueblo se iría en su contra, porque tenían a Juan como profeta. Así que resolvieron responder que no sabían. Entonces Jesús les dijo: "Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas". (21:23-27)

Luego, Jesús les contó una parábola que hablaba sobre un hombre que tenía dos hijos, y dijo a uno que fuera a trabajar a la viña, y éste contestó que no quería hacerlo, pero luego se arrepintió y fue. Vino al segundo, y le dijo que fuera a trabajar a la viña, y éste dijo que iría, pero no fue. Entonces preguntó Jesús a los líderes judíos: "¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?", y ellos contestaron que el primero. Entonces Jesús les replicó: "De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios", porque cuando vino Juan a hablarles de justicia, no le creyeron, pero los publicanos y prostitutas sí lo hicieron, y aun viendo esto, no se arrepintieron de su pecado ni creyeron. (21:28-32)

* Como ya hemos dicho en otras intervenciones, los publicanos eran judíos con fama de corruptos, porque obtenían sus ganancias a través de malas prácticas, pero muchos de ellos, cuando oyeron el llamado de Juan al arrepentimiento, y la buena noticia que traía Jesús, se arrepintieron y fueron bautizados. Así lo hicieron también muchos de los que eran considerados la escoria del pueblo, entre ellos, las prostitutas y todo tipo de pecadores que, a los ojos de los "perfectos" líderes judíos, no tenían ninguna posibilidad de entrar al reino de Dios, sin embargo, estaban entrando antes que ellos, porque, como enseña la parábola, éstos que andaban perdidos en sus pecados y delitos, cuando oyeron la Verdad, fueron los primeros en volverse a Dios, en cambio, los líderes judíos, que tenían apariencia de servir a Dios, no estaban haciendo la voluntad de Aquél a quien decían servir.

El Reino es Quitado de Manos de los Judíos


Jesús contó otra parábola, sobre un padre de familia que plantó una viña, la cercó, puso un lagar, edificó una torre, la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Cuando llegó el tiempo de cosecha, envió a sus siervos para recibir los frutos, pero los labradores mataron a uno, apedrearon a otro, y golpearon al tercero. Envió, entonces, más siervos, e hicieron lo mismo con ellos. Finalmente, envió a su hijo, pensando que lo respetarían, pero los labradores, viendo que era el heredero, lo sacaron de la viña, y lo mataron. Entonces, Jesús preguntó a los líderes: "Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?". Los líderes contestaron: "A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo". A lo que Jesús contestó: "¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?". Entonces, Jesús les anunció: "el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.". Los líderes judíos se dieron cuenta que estaba hablando de ellos, pero no se atrevían a arrestarlo, porque temían al pueblo que tenía a Jesús por profeta. (21:33-46).

* El Padre es Dios; los labradores malvados son los líderes judíos; los siervos enviados por el Padre son los profetas; el Hijo es Jesús, a quien los líderes judíos despreciaron y mandaron matar. Dios puso a Israel como cuidador de la viña, pero en vez de obtener de ella buenos frutos para el Reino, se hicieron arrogantes, y se vanagloriaban creyéndose superiores al resto de la gente. Fue el pueblo escogido por YHWH para edificar la Casa del Señor en la tierra, sin embargo, cada vez que Jehová les enviaba profetas para que enderezaran las sendas, los mataron, y cuando Dios envió a su Hijo, quien era la piedra de ángulo sobre la cual levantar el edificio, la rechazaron, y se deshicieron de ella. Muchas veces Jesús les dijo que Él era el enviado de Dios, pero ellos, aún viendo todas las maravillas que el Hijo de Dios hacía, por causa de sus corazones entenebrecidos, no pudieron reconocerlo, y seguían pidiendo señales, mas  los milagros que hizo Jesús, se los atribuyeron a Belzebú. La preciosa piedra de ángulo para ellos fue piedra de tropiezo, y se perdieron por no querer ver. Ahora la Casa de Dios se levanta con todas las naciones que se someten al Señorío de Jesucristo, el Hijo de Dios, a quien el Padre dio toda autoridad en la tierra, en el cielo y debajo de la tierra, hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies, para después sujetarse él mismo al Dios Supremo del universo, y así Dios reine eternamente sobre toda su creación.


Son Muchos los Llamados, Pero Pocos los Escogidos


Continuando con su respuesta, Jesús les contó otra parábola, diciendo que el reino de los cielos es semejante a un rey que hizo la fiesta de bodas de su hijo, y mandó llamar a los convidados, pero éstos no quisieron venir. El rey insistió, contando cuántas cosas había preparado para la ocasión, pero los convidados, ignorando la invitación, siguieron cada uno en sus ocupaciones; incluso hubo quienes mataron a los siervos enviados por el rey. Al saberlo, el rey se enojó e hizo destruir a los homicidas, y quemó la ciudad. Luego dijo a sus siervos que las bodas estaban preparadas, pero los convidados no habían sido dignos, así que los envió para que llamaran por los caminos a todos cuantos hallaran para asistir a las bodas, buenos y malos. Entonces, el rey salió para ver a los que habían venido a las bodas, y entre ellos había uno que no estaba vestido para la ocasión, y el rey le preguntó: "Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda?", y el hombre quedó sin palabras, entonces, el rey mandó que lo atasen de manos y pies, y lo echaran en las tinieblas, afuera, donde será el lloro y crujir de dientes, "porque muchos son llamados, y pocos escogidos", dijo el Señor. (22:1-14)

* El rey es YHWH; las bodas de su hijo son las bodas del Cordero de que habla el Apocalipsis; los primeros convidados que rechazaron la invitación son el pueblo hebreo; los siervos son los profetas; los de afuera son las naciones gentiles. A Israel Jehová escogió y apartó, de entre todos los pueblos de la tierra, para darles su ley, y entrar en pacto con ellos, pues del pueblo judío vendría la salvación para la humanidad. Ellos tendrían el privilegio de ser los primeros convidados a entrar al reino, pero Israel siempre fue rebelde y, a pesar que Jehová les mandó muchos profetas para que los hicieran volverse de sus caminos, ellos los mataron a todos, y terminaron desechando el pacto. Se desviaron del camino, y cayeron en idolatría, provocando la ira de Dios, quien permitió que sus enemigos los atacaran y llevaran cautivosprimero, en el 722 a.C., Asiria contra el reino del norte (las diez tribus que formaban el reino de Israel), y un par de siglos más tarde, Babilonia que atacó al reino de Judá (o reino del sur, conformado por las tribus de Judá y Benjamín), cuyos habitantes fueron llevados cautivos a Babilonia, y luego la ciudad de Jerusalén fue arrasada por el fuego, y el primer templo fue destruido. De esto hablaba Jesús en su parábola, cuando dijo que "el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad". En el 70 d.C., ocurrió algo similar, cuando Jerusalén fue atacada por los romanos, quienes destruyeron el segundo templo, y los judíos debieron huir, quedando dispersos por el mundo. 

La rebelión de Israel era constante. Hubo algunos períodos en que se volvían a Jehová luego de haber sido disciplinados, pero no se demoraban mucho en volver a la idolatría. Cuando Jesús vino a llamar a las ovejas de Israel, muchos le oyeron, pero la mayoría no tuvo la capacidad de ver a su Mesías, y lo rechazaron, y luego de la partida de Jesús, continuaron rechazando y persiguiendo a los apóstoles y discípulos. Fue así que se dio entrada a los gentiles, mas estaba escrito que sería de ese modo, pues, por medio del profeta Moisés, Jehová dijo: "Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; con pueblo insensato os provocaré a ira". 

** La ofrenda de Jesús en la cruz alcanza para el perdón de los pecados de todo el mundo, no sólo de los escogidos, sin embargo, no todos creerán para arrepentimiento, por tanto, no todos serán salvos. Porque escoger a quiénes serán salvos es privilegio de Dios. No es que Dios escoge a los que sabe que van a creer, como aseguran algunos, sino que Él soberanamente elige qué corazón va a transformar para hacerlo sensible a la Palabra predicada, a fin de que crea, se arrepienta y sea salvo. Dicen las Escrituras que nosotros amamos a Dios, porque Él nos amó primero, es decir, el ser humano terrenal no tiene la capacidad de venir a Dios voluntariamente, a menos que el Señor, por gracia, lo sensibilice a su llamado por medio de su Palabra

*** Para ser salvos no basta creer en Dios, sino que hay arrepentirse, y estar dispuesto a someterse al Señorío de Jesús. Por eso el rey de la parábola dice que salgan a llamar a bueno y malos, porque efectivamente, a la iglesia llegan muchos, pero no todos se han arrepentido para salvación; son personas que creen en Dios, pero no tienen intención de someterse al Señorío del Hijo de Dios, porque su amor por las cosas mundanas es mayor que su amor por Dios. Por eso, cuando el rey vio que uno de los que estaban en las fiestas no se había vestido para la ocasión, lo echó fuera, pues para venir a las bodas del Cordero, debemos mudar nuestras viejas vestiduras, llenas de inmundicia, y vestirnos del nuevo hombre que se va transformando a la imagen del Hijo de Dios, pues la voluntad de Dios es nuestra santificación. Dios llama a muchos al reino, pero los escogidos serán sólo los que hayan cambiado su ropaje, por medio de la obra del Espíritu Santo en cada uno. Si no ha habido transformación es porque, probablemente, el Espíritu no ha venido a morar en esa persona, a causa de que no ha habido arrepentimiento.

**** Profecías en cumplimiento:
  • Sal 118:22 "La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo".
  • Is 8:14-15 "Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados; y se enredarán y serán apresados".
  • Is 5:1-2 "Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres".


CIUDADANOS DEL CIELO, PEREGRINOS EN EL MUNDO


Con la intención de hacerle caer en alguna palabra, los fariseos enviaron a alguien a preguntar a Jesús si era lícito dar tributo al César. Jesús, sabiendo que querían tentarle, pidió que le mostraran una moneda, y preguntó: "¿De quién es esta imagen, y la inscripción?", y le respondieron "de César"; a lo que Jesús contestó: "Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios". Sorprendidos con la respuesta, los fariseos se fueron. (22:15-22)

* El tributo al imperio, esto es, la moneda, y el mismo César simbolizan el sistema del mundo. Nosotros, los que hemos renacido del Espíritu, ya no somos del mundo, porque nuestra ciudadanía está en los cielos, sin embargo, vivimos en el mundo. Jehová, por medio de Jeremías, mandó carta a los cautivos en Babilonia diciéndoles que, mientras permanecieran allí, edificaran casas, y las habitaran; que plantaran huertos, y comieran del fruto de ellos; que se casaran, engendraran hijos, y procuraran la paz del lugar a donde habían sido enviados, porque en su paz, tendrían ellos paz. Así debemos hacer los hijos de Dios mientras estamos en el mundo: bendecir el lugar donde vivimos, procurar un trabajo digno, y hacerlo como para Dios, plantar, comer, cuidar nuestro medio, respetar a las autoridades y la legislación vigente en el lugar donde habitamos, tener buena convivencia con nuestros vecinos, pero no significa que debamos dejarnos influenciar por las costumbres del mundo, ni atarnos a los bienes materiales, porque lo cierto es que el llamado que Dios nos hace es a huir de todo eso, y a no contaminarnos de nada inmundo, ni traicionar los principios de Dios, ni de dejar de cumplir con el ministerio que Él nos ha dado. Es así como damos al César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.


DIOS ES DIOS DE VIVOS, NO DE MUERTOS


Ese día, se acercaron a Jesús los saduceos, que no creían en la resurrección, para plantearle un supuesto caso dentro de la congregación, y hacerle una pregunta. Comenzaron argumentando que, de acuerdo con la ley de Moisés, si uno muere sin dejar hijos, el hermano del difunto debe casarse con su cuñada y darle descendencia a su hermano muerto. Pues, bien, había una familia de siete hermanos; el mayor se casó con una mujer, y murió sin dejar descendencia. Se casó el segundo hermano, pero también murió sin dejar descendencia; y esto se repitió con cada uno de los hermanos. Resumiendo: los siete murieron sin descendencia, y después murió la mujer. Entonces, preguntaron a Jesús: "En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron?"; a lo que Jesús respondió que su error estaba en que ignoraban las Escritura y el poder de Dios, "porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo". Y agrego Jesús: "Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos". Cuando la gente oía decir estas cosas a Jesús, se admiraba de su doctrina. (22:23-33)

* Abraham, Isaac y Jacob, así como todos los héroes de la fefueron justificados por la fe, por tanto, aunque murieron físicamente, siguen vivos para Dios. Cuando Pablo habla de los creyentes que han muerto, se refiere a ellos como "los que duermen", porque los que antes de morir entregaron su vida a Cristo, ya tienen la vida eterna, siendo la muerte de su cuerpo como un sueño, del que despertarán el día de la resurrección.


Entonces los fariseos, al ver que Jesús había dejado mudos a los saduceos, le preguntaron: "Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?". Jesús respondió: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas". (22:34-40)

* El Apóstol Pablo explicó que, "el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor" (Ro 13:8-10 RVR).


EL HIJO DE DIOS


Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó: "¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo?", a lo que respondieron: "De David". Entonces Jesús les dijo, si el Mesías es hijo de David, "¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?". Si es su hijo, como afirmaron ellos, ¿por qué David lo llamaba "Señor"?. Ninguno se atrevió hacer otro comentario al respecto, y no le preguntaron más. (22:41-46)

* Jesús estaba haciendo ver a los fariseos que el Cristo era mayor que David; y que aunque procedía, según la carne, de él, era Hijo de alguien superiorPedro lo había dicho: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente", confesión sobre la cual se funda la congregación de los santos llamados al reino eterno. En el libro de Revelaciones, Jesús dijo que no sólo procedía de David, sino que era antes que él: "Yo soy la raíz y el linaje de David" (Ap 22:16).


JESÚS EXPONE LA VERDAD SOBRE LOS LÍDERES JUDÍOS


Jesús se dirigió a la gente que le seguía y a sus discípulos, diciendo que los escribas y fariseos eran los intérpretes oficiales de la ley, así que todos debían obedecer lo que ellos mandaban, pero que no los imitaran, porque no actuaban en conformidad a lo que enseñaban. Además, ponían pesadas cargas sobre la gente, añadiendo exigencias religiosas que ni ellos mismos eran capaces de cumplir. A ellos sólo les preocupaba aparentar; les encantaba ostentar de su condición de líderes, y que los llamaran Rabí, pero sólo uno es el verdadero Rabí: el Cristo. También dijo que no se debe llamar a ninguno "padre nuestro" en la tierra, porque nuestro Padre es Dios que está en los cielos. Ni tampoco que se dejaran llamar "maestro", porque el único maestro es el Mesías. Les dijo que el que quiera ser el mayor, debe aprender a servir, porque todo el que se enaltezca a sí mismo será humillado. (23:1-12)

* La humildad es un fruto espiritual que sólo se hace evidente cuando se ha sometido el ego al Señor. Un siervo de Dios debe aprender a someter su carne, a fin de no caer en la tentación de exaltarse a sí mismo. El Apóstol Pablo dijo que a él se le había dado un aguijón en su carne, para evitar que se envaneciera con el conocimiento que había alcanzado a través de las revelaciones divina que recibió, y que las veces que pidió a Jesús que lo liberara de esa molestia, el Señor le dijo que debía conformarse con su Gracia, porque su poder se fortalece en nuestra debilidad.

Jesús enfrentó a los escribas y fariseos llamándolos "hipócritas", porque cerraban el reino de los cielos, y no dejaban entrar a nadie, así como tampoco podían entrar ellos; porque se aprovechaban de las viudas, apoderándose de sus propiedades, con el pretexto de hacer largas oraciones por ellas; porque cuando recibían un prosélito, lo hacían dos veces más hijo del infierno de lo que eran antes; porque daban más valor a jurar por el oro o la ofrenda, que por el templo o el altar, cuando la ofrenda o el oro son nada, pues lo que santifica es el templo y el altar, pues al jurar por el templo, también se hace por todo lo que hay en él. También los condena por preocuparse de dar diezmo de pequeñeces, olvidando lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe; porque se preocupaban de lavar los utensilios para comer, pero ellos estaban llenos de suciedad por dentro, robo e injusticia; los compara con sepulcros hermoseados por fuera, pero llenos de inmundicia por dentro; porque se ocupaban de edificar y mantener los sepulcros y monumentos de los profetas, diciendo que si hubiesen vivido en la época en que ellos existieron, no los hubieran matado, como hicieron sus padres. De hecho, al hablar así, estaban reconociendo que eran hijos de los que mataron a los profetas, motivo por el cual, recaería sobre sus cabeza toda la sangre derramada, desde Abel hasta Zacarías. (23:13-36)

* Un líder religioso es alguien consagrado a servir, y no a enseñorearse de la grey. No sólo debe parecer justo, sino serlo. Estos líderes judíos, así como muchos que están en cargos importantes dentro de las congregaciones serán juzgados con mayor severidad que el resto, porque a quien más se le da, más se le exige.


EL MESIAS "SACUDE DE SUS PIES EL POLVO DE LA JERUSALÉN TERRENAL"


Jesús, entonces, comenzó a lamentarse sobre Jerusalén, diciendo: "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!". Jesús sentía tanto dolor, porque había hecho sus mejores esfuerzos por reunir a los hijos de Jerusalén bajo su protección, como una gallina reúne sus polluelos bajo sus alas, pero Jerusalén lo rechazó. Por eso, el Señor sentenció: "He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor". (23:37-39)

Con esta sentencia a la Jerusalén terrenal, Jesús estaba declarando que, a partir de ese momento, Israel perdía los derechos de primogenitura, los que iban a ser dados a los hijos de la Jerusalén celestial. Esto implicaba que estaba por iniciarse el llamado a los gentiles a entrar al reino de los cielos, y que pronto la estéril Jerusalén celestial comenzaría a dar a luz a los hijos de Dios. Esto no significa que los hijos de Israel hayan quedado definitivamente fuera del reino, pues, dice la Palabra, que si se vuelven de su incredulidad, volverán a ser injertados en el olivo original del cual fueron desgajados por rechazar a su Mesías. Jesús dijo que Israel sólo volvería a verlo cuando dijeran de Él: "Bendito el que viene en el nombre del Señor", porque todo el que confiesa que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, tiene la vida eterna, sea judío o gentil. El evangelio se anunció primeramente a Israel, lamentablemente, por su excesiva religiosidad, muchos lo rechazaron, pero ahora tienen la misma oportunidad que tienen los gentiles de entrar al Reino de Dios, pero ellos necesitan disponer su corazón a escuchar el Evangelio, para que puedan ver cómo la Torá se cumple en Jesús, quien es el Cristo, y se arrepientan de haberle dado muerte, y crean y  sean salvos.

** La historia ha confirmado las palabras de Jesús, demostrando que Jerusalén ha quedado desierta de la presencia de YHWH. La ciudad israelita ha sido mancillada una y otra vez por los gentiles. En el 70 d.C. los romanos destruyeron el templo, quedando sólo el muro occidental, conocido como el muro de los lamentos, y la comunidad judía fue dispersada por todo el mundo. Entre los siglos I y II d.C., los romanos destruyeron la ciudad. Desde 637 Jerusalén fue gobernada por varias dinastías musulmanas, salvo cortos períodos durante las cruzadas. El dominio del imperio otomano concluyó en 1917, y la ciudad se convirtió en capital del mandato británico de Palestina. Israel la proclamó como capital después de la guerra árabe-israelí de 1948, y se apoderó de ella durante la guerra de los seis días, en 1967. Pero su condición de capital de Israel no es reconocida por toda la comunidad internacional, mientras no se alcance un acuerdo definitivo sobre los derechos del territorio. Actualmente, el lugar en el monte Moriah donde se erigía el templo, está ocupado por una mezquita musulmana muy llamativa, conocida como la Cúpula de la Roca, porque está construida sobre la roca conocida como la Roca de la Fundación. (Fuente: Enciclopedia Universal Británica)

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